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Anécdotas Divertidas

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La flecha amarilla

Un peregrino que entró en la oficina de turismo me preguntó el motivo de que la flecha amarilla que indica la dirección a seguir en el Camino de Santiago fuese del mismo color que mi chaqueta. Este simpático peregrino añade que en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas la protagonista sigue un camino amarillo que quizá tenga alguna relación, después me agradece la información recibida y se marcha con una sonrisa.

 

El teléfono

Escribo una conversación real con un peregrino:

Despúes de explicar los puntos de interés, pregunto si tiene alguna duda o si quiere que le repita algo y le doy un mapa, entonces me contesta:

Peregrino: ¿a qué hora cierras?

Informadora:  a las seis de la tarde.

P:¿me das tu teléfono?

I: niego con la cabeza.

P: eres muy profesional y no me lo puedes dar.

 

I: muchas gracias. Buen camino...  

 

¿Esta noche hay fiesta?

Entran en la oficina un grupo de peregrinos que hablan distintos idiomas, me hacen varias preguntas y continuan hablando entre ellos, alborotan, ríen, miran los carteles, desordenan los folletos, hacen jaleo... Me llama la atención que algunos hablan muy bien el español aunque se dirigen a mi en su idioma, me esfuerzo en hablarles en sus lenguas, ellos se sorprenden y pienso que lo agradecen.

 

Uno de llos me pregunta sobre la fiesta de esta noche y quiere sabier si voy a ir, le contesto que no porque mañana temprano tengo que estar otra vez en la oficina, sigue interesado y hace preguntas sobre la fiesta como si no tuviese ninguna prisa. El resto de sus compañeros continúan hablando entre ellos y curioseando entre los folletos. Me llama la atención que son gente muy joven y de distintas nacionalidades e idiomas, puede que tengan unos diez años menos que yo pero quizá piensan que tenemos la misma edad.

 

El chico que está interesado en la fiesta de esta noche vuelve a hacerme preguntas como si no quisiese irse, estoy a punto de preguntarle el motivo por el cual hace el Camino de Santiago pero me doy cuenta de que no puedo hacer preguntas, solamente contestarlas e informar.

 

El grupo sigue en la oficina hablando y riendo, llegan más peregrinos que tengo que atender, la oficina está llena de gente, suena el telefono, el peregrino "fiestero" se despide con una sonrisa.